Es importante dosificar el esfuerzo y seguir nuestro propio ritmo
Estado físico recomendado
Requerimientos básicos para hacer el Camino
El entrenamiento previo y la planificación personalizada de las etapas son piezas fundamentales de la preparación.

Para hacer el Camino de Santiago es aconsejable prepararse previamente mediante ejercicios de gimnasia que ayuden a tonificar y dar elasticidad a los músculos, sobre todo de piernas, espalda y cuello. El entrenamiento debe iniciarse unos meses antes de comenzar la peregrinación, por ejemplo, realizando caminatas que irán aumentando gradualmente en tiempo y dificultad.
La planificación por etapas debe adaptarse a las capacidades físicas de cada uno. En las etapas que se marquen no deben proponerse objetivos rígidos e inamovibles
En caso de edad avanzada o de sufrir alguna patología, se recomienda un reconocimiento médico previo para determinar la idoneidad del plan, el grado de esfuerzo aconsejado y las cuestiones a evitar.
Es necesario elaborar una planificación por etapas que se adapte a las capacidades físicas de cada uno. En las etapas que se marquen no deben proponerse objetivos rígidos e inamovibles que obliguen a realizar esfuerzos sobrehumanos, ya que podrían derivar en lesiones o fatiga excesiva y frustrar la experiencia del Camino. Es importantísimo dosificar el esfuerzo y seguir nuestro propio ritmo, sobre todo si la peregrinación es larga y durante muchos días, y tener en cuenta las distancias entre las paradas y los albergues.
Una ayuda esencial para la planificación será llevar a mano una guía del Camino.
En la planificación previa que se elabore será interesante tener en cuenta la previsión climatológica de los lugares por los que se va a pasar; así podrá adaptarse la vestimenta al calor, al frío o a la humedad. Este último factor es muy importante, ya que puede afectar a personas que padezcan dolencias crónicas de tipo músculo-esquelético.
Otra medida previa recomendable es preparar la musculatura para este esfuerzo; así, una visita al fisioterapeuta para descargar los músculos ayudará a iniciar el Camino en condiciones óptimas.
- Guía de consejos para el Camino PDF / 801 KB
- Fisioterapia en el Camino PDF / 1256 KB
Qué esfuerzo te requerirá hacer el Camino a pie
Los ejercicios de estiramiento y calentamiento han de ser constantes mientras se está haciendo el Camino.

El entrenamiento previo y diario mediante caminatas cada vez más largas debe ir parejo a la realización de ejercicios de estiramiento y calentamiento, que han de ser constantes mientras se está haciendo el Camino. Antes de iniciar cada etapa se practicará gimnasia de estiramiento. Ha de tenerse especial cuidado con los gemelos y los músculos de la cara anterior y posterior del muslo (cuádriceps e isquiotibiales, respectivamente).
Una vez alcanzado el nivel de esfuerzo acorde con nuestra capacidad, la marcha debe mantenerse regular y continua.
El inicio de la marcha debe ser siempre suave y rítmico, solo una vez que el cuerpo se caliente podremos aumentar la intensidad de manera gradual. Una vez alcanzado el nivel de esfuerzo acorde con nuestra capacidad, la marcha debe mantenerse regular y continua.
Es muy importante que la manera de caminar resulte cómoda, que el paso no requiera un esfuerzo excesivo que impida realizar otras actividades, como por ejemplo mantener una conversación. Además el paso debe adaptarse al terreno.
Qué esfuerzo te requerirá hacer el Camino en bicicleta
Será necesario dedicar dos meses al entrenamiento.

Una planificación adecuada de la realización del Camino en bicicleta de montaña puede rondar los 60 o 100 km por etapa. Para las personas que no estén acostumbradas a hacer recorridos en bicicleta y en función de la distancia planteada para cada etapa, será necesario un entrenamiento previo durante dos meses aproximadamente.
Una planificación adecuada para hacer el Camino en bicicleta de montaña puede rondar los 60 o 100 km por etapa
En esta práctica se aconseja preferentemente ir en compañía, tener especial cuidado con el tráfico y guardar siempre las normas de tránsito, como circular en fila y con el equipamiento de seguridad necesario que prescribe la normativa. Debemos tener presente, además, que son 200 km los que han de recorrerse en bicicleta para poder solicitar la Compostela en la Oficina del Peregrino de Santiago.
En nuestra previsión de la extensión de las etapas conviene estudiar los perfiles de cada una de ellas, algo importante, además de las condiciones físicas de cada participante. Esta opción tiene ventajas, como poder conocer lugares de interés próximos a la ruta o hacer paradas singulares sin prisa.
A pie se hacen de media 4 o 5 km por hora, que para un ciclista pueden ser 12 o 13 km, 60 km en unas 5 horas.
El período idóneo para iniciar el Camino en bicicleta es la primera quincena de septiembre, superados los rigores estivales, y aún con días largos.
La peregrinación a caballo
Requiere una planificación y desarrollo especiales. Para obtener la Compostela es necesario haber recorrido una distancia de 100 kilómetros.

La peregrinación a caballo, para ser acreditada con la Compostela, exige haber recorrido la misma distancia que caminando: 100 km, aunque siempre tendrán preferencia los caminantes sobre los jinetes o ciclistas para alojarse en los albergues de titularidad pública. La peregrinación a caballo requiere obviamente una especial planificación y desarrollo, por lo que recomendamos recurrir a asociaciones o centros especializados para llevarla a cabo.
En el año 2014 hubo 1.520 peregrinos a caballo, lo que confirmó una clara tendencia al alza en esta modalidad.
La red de albergues públicos no permite la pernocta de caballos.
Los peregrinos que tengan previsto entrar en la ciudad de Santiago con caballos deben avisar de su llegada a la Policía Local y con varios días de antelación. La policía les indicará el recorrido obligatorio y el horario estipulado, al mismo tiempo que les extenderá un permiso de entrada hasta la Praza do Obradoiro que autoriza una breve permanencia ante la Catedral. Inmediatamente después, las monturas deben conducirse a los picaderos o alojamientos que el peregrino haya concertado.
En 2014 hubo 1.520 peregrinos a caballo.