Las paradas para apreciar el entorno paisajístico, monumental o cultural ayudan a despejarnos mentalmente
Esfuerzo mental
Entrenamiento de la fortaleza mental
Las paradas ayudan a despejarnos mentalmente y facilitan la relajación.

Para una buena preparación mental es importante elaborar una planificación por etapas adaptada a nuestras capacidades físicas, que debe servir como un guion flexible que nos permita disfrutar del Camino, sin obsesionarnos con cubrir etapas o con alcanzar la meta y llegar a Santiago de Compostela. Las paradas para apreciar el entorno paisajístico, monumental o cultural ayudan a despejarnos mentalmente y facilitan la relajación para volver a intensificar el ritmo en la siguiente etapa.
Es importante elaborar una planificación por etapas adaptada a nuestras capacidades físicas, que debe servir como un guion flexible que nos permita disfrutar del Camino
Cómo gestionar la fatiga y el esfuerzo
Si nos agotamos, tardaremos más en recuperarnos y lo haremos con mayor dificultad.
No debemos esperar a estar superados por el esfuerzo o excesivamente cansados para realizar una parada porque de esta forma no favoreceremos la recuperación. Debemos llevar un ritmo que nos sea asequible e independiente del de los demás para evitar saturaciones. Si nos agotamos, tardaremos más en recuperarnos y lo haremos con mayor dificultad. Caminar debe convertirse en algo natural, que no implique un castigo o sobresfuerzo corporal. Así, de la misma manera que dosificamos la intensidad del ejercicio se dosificarán las paradas para hacerlo más llevadero.
Los períodos cortos de relajación deben convertirse en una práctica cotidiana durante la experiencia en el Camino
Caminar debe convertirse en algo natural, que no implique un castigo o sobresfuerzo corporal; así, de la misma manera que dosificamos la intensidad del ejercicio se dosificarán las paradas para hacerlo más llevadero
A veces el descanso requiere no solo parar sino establecer de forma adecuada las horas dedicadas al sueño o a relajarnos, tanto a nivel corporal como mental. No es bueno intentar dormir después de una actividad muy acusada o de una comida abundante, debe dedicarse un tiempo intermedio, de unos 20 minutos aproximadamente, para relajarnos convenientemente y favorecer el sueño. Estos periodos cortos de relajación deben convertirse en una práctica cotidiana durante la experiencia en el Camino.
Incluso si al cabo de los días se nota una acumulación de cansancio, puede optarse por plantear un día completo de descanso cada semana.
El cansancio y la fatiga variarán también dependiendo de la época del año en que se realice el Camino. A veces en verano puede producirse “agotamiento por calor”. En estos casos debe buscarse un lugar fresco y aumentar la administración de líquido. Beber en abundancia mitigará la fatiga. Un remedio aconsejable es diluir en un litro de agua media cucharada de bicarbonato y una de sal. Beber agua debe ser algo recurrente siempre, pues evita el cansancio muscular. Si queremos reponer sales minerales, una buena opción es optar por bebidas energéticas.